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Sistema respiratorio: ¿Cómo trabaja?

El sistema respiratorio es esencial para nuestra supervivencia, ya que nos permite obtener el oxígeno necesario para el funcionamiento de nuestro cuerpo y eliminar el dióxido de carbono. Está compuesto por un complejo sistema de vías respiratorias y los pulmones, los órganos clave en este proceso vital.

Las vías respiratorias se dividen en dos partes principales: la vía respiratoria superior y la vía respiratoria inferior. La vía respiratoria superior incluye la nariz, la boca, la garganta y las cuerdas vocales, mientras que la vía respiratoria inferior consta de la tráquea, los bronquios y los bronquiolos. 

La tráquea es un tubo resistente que conecta la garganta con los bronquios principales, los cuales se dividen en ramas más pequeñas (bronquiolos) dentro de los pulmones, y a medida que se introducen en éstos, terminan en pequeños sacos llamados alvéolos, donde se produce el intercambio gaseoso.   En resumen, el aire ingresa a través de la nariz o la boca y se dirige hacia los pulmones a través de las vías respiratorias, llega a los alvéolos, donde se produce el intercambio gaseoso, y posteriormente el oxígeno pasa a la sangre distribuyéndose a todas las células del cuerpo, mientras que el CO2, que se produce en las células, se transporta de vuelta a los pulmones para ser eliminado.

¿Qué pasa en el cuerpo de una persona con asma?

El asma es primordialmente una afección inflamatoria, lo cual constituye su característica principal. Todos los demás aspectos del asma surgen a partir de esta problemática central.

En principio, la inflamación es un proceso común en el organismo y no siempre es perjudicial. La inflamación constituye el mecanismo natural mediante el cual el cuerpo disminuye el riesgo de infección y fomenta la recuperación. No obstante, en ocasiones, el procedimiento convencional del cuerpo para tratar la inflamación se sale de control y da lugar a una enfermedad inflamatoria.

  • En el caso del asma, la inflamación se localiza en las vías respiratorias. Aunque una persona con asma no esté experimentando un ataque y parezca respirar correctamente, las paredes de sus vías respiratorias siguen inflamadas.
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  • Estas se encuentran hinchadas y producen un exceso de mucosidad, lo que reduce considerablemente el espacio disponible para el paso del aire. Además de sus efectos directos, la inflamación contribuye (de maneras que aún no comprendemos completamente) al desarrollo de otros dos problemas fundamentales asociados al asma: la hiperreactividad de las vías respiratorias y la broncoconstricción excesiva.

Hiperreactividad de las vías respiratorias

  • Con frecuencia, los médicos describen las vías respiratorias como «sensibles» debido a su reacción a estímulos que no tendrían un efecto notable en personas sin asma (lo cual se conoce médicamente como hiperreactividad). 
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  • Por ejemplo, simplemente caminar bajo el aire frío o estar cerca de alguien que use perfume puede desencadenar una fuerte respuesta en las vías respiratorias de una persona asmática. En este caso, las paredes de las vías respiratorias se inflaman aún más, los músculos se contraen y la persona asmática puede experimentar problemas respiratorios.

    No obstante, solo un profesional de la salud puede diagnosticar una enfermedad
    y prescribir el tratamiento necesario en cada caso. 

     

    De hecho, los médicos han observado que cuando la inflamación en las vías respiratorias de una persona asmática se maneja de manera adecuada, estas se vuelven mucho menos «sensibles» o reactivas.

     

Broncoconstricción excesiva

Las vías respiratorias son conductos huecos por donde circula el aire. Estos conductos están compuestos por diferentes capas de tejido, una de las cuales es una capa de músculo liso. 

En personas que viven con asma, los músculos de las vías respiratorias tienden a ser más largos y fuertes.

  • Cuando se produce una respuesta en las vías respiratorias, los músculos se contraen, estrechando la vía respiratoria y reduciendo el espacio por el cual el aire puede pasar. En personas con asma, el músculo liso de las vías respiratorias se contrae fácilmente, con mucha intensidad y durante períodos prolongados.

  • Como se mencionó, las vías respiratorias de los asmáticos ya están inflamadas y parcialmente obstruidas por mucosidad, por lo que una contracción adicional del músculo liso puede dificultar o incluso impedir el paso del aire.

Existe una estrecha relación entre la inflamación de las vías respiratorias y la contracción excesiva del músculo de las vías respiratorias. Al consultar al médico para las indicaciones necesarias en cada caso, se logra prevenir la contracción fácil y fuerte de los músculos, lo que a su vez ayuda en el manejo de los episodios de asma.

  • Estas recomendaciones complementan el tratamiento indicado por el médico, no lo sustituyen. Es recomendable que quienes padecen esta patología consulten a su médico.

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Referencias
University of Illinois Hospital & Health Sciences System. (2023). Cómo funciona el asma. Programa de Salud Pulmonar. Recuperado de: https://hospital.uillinois.edu/es/primary-and-specialty-care/salud-pulmonar/areas-de-experiencia-pulmonar/programa-del-asma/como-funciona-el-asma
Consejería de Sanidad. (2018). Nuestro aparato respiratorio: ¿cómo es y cómo funciona? Junta de Castilla y León. Recuperado de: https://www.saludcastillayleon.es/AulaPacientes/es/guia-asma/aparato-respiratorio-funciona
Consejería de Sanidad. (2018). ¿Cómo se produce el asma? Junta de Castilla y León. Recuperado de: https://www.saludcastillayleon.es/AulaPacientes/es/guia-asma/produce-asma

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